La extraña condición humana
Marià Corbí Somos vivientes necesitados, como los demás animales nuestros hermanos, sin ninguna entidad añadida a esa condición. Con estructuras y vísceras como ellos, con etapas de la vida como ellos. Lo que condiciona nuestra existencia es básicamente lo mismo que en el resto de animales. Día a día vivimos nuestra humilde condición animal. Pero tenemos algo que nos diferencia de las demás especies: nuestra condición de animales constituidos, como animales, por el habla. El habla animal tuvo un efecto inesperado, que cambió nuestro destino: Nos dio acceso a una dimensión absoluta de la realidad (DA) de los mundos inmensos, además de la dimensión de esa misma inmensidad moldeada a la medida de las necesidades, como el resto de animales.