LA LUZ
(Eloy Sánchez Rosillo) No se puede prever. Sucede siempre cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas por la calle, deprisa, porque se te hace tarde para echar una carta en correos, o que te encuentres en tu casa por la noche, leyendo un libro que no acaba de convencerte; puede acontecer también que sea verano y que te hayas sentado en la terraza de una cafetería, o que sea invierno y llueva y te duelan los huesos; que estés triste o cansado, que tengas treinta años o que tengas sesenta. Resulta imprevisible. Nunca saber cuándo ni cómo ocurrirá. Transcurre tu vida igual que ayer, común y cotidiana. "Un día más", te dices. Y de pronto, se desata una luz poderosísima en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras hace sólo un momento. El mundo, ahora, es para ti distinto. Se dilata mágicamente el tiempo, como en…
El aprendíiz de ladrón
¿Con qué comparar el Zen? Wu-Tsu El maestro Wu-tsu Fa-yen, para explicar que no hay métodos establecidos, que el camino es creación única, contó esta historia: Si la gente me pregunta a qué se parece el Zen, le diría que es como aprender el arte de robar. El hijo de un ladrón vio envejecer a su padre y pensó: "Si es incapaz de llevar adelante su profesión, ¿quién ganará el pan en esta familia, salvo yo mismo? Debo aprender el oficio". Comunicó la idea a su padre, quien la aprobó. Una noche el padre llevó al hijo a una casa grande, forzó la cerca, entró en la casa, y abriendo un gran baúl le dijo al hijo que fuese a sacar vestidos. Tan pronto el hijo se introdujo en el baúl, hizo caer la tapa y aseguró la cerradura. Entonces el padre salió al patio, y golpeando fuertemente la…
Metta Sutta, el Discurso del amor incondicional, del Buda
Que todos los seres que existen, débiles o fuertes, largos o grandes, medianos o bajos, pequeños o gruesos, conocidos o desconocidos, cercanos o lejanos, nacidos o por nacer, que todos los seres sin excepción estén felices Que nadie engañe ni desprecie al otro en ningún lugar; que no desee el sufrimiento del otro con provocación o enemistad. Así como una madre protege a propio hijo, su único hijo, a costa de su propia vida, de la misma forma uno debería cultivar un corazón sin límites hacia todos los seres. Que sus pensamientos de amor llenen todo el mundo, arriba, abajo y a lo largo; sin diferencias, sin malicia, sin odio. Parado, caminando, sentado o acostado, mientras despierto uno debería cultivar esta meditación de amor. Ésta, ellos dicen, es la mejor conducta en este mundo. Sin caer en opiniones erróneas, virtuoso y dotado de visión, uno elimina el apego a los…
Ibn Arabí
Quien queda atrapado por una adoración particular ignora necesariamente (la verdad intrínseca de otras creencias), por los mismo, su creencia implica la negación de otras formas de creencia. Si conociera el sentido de las palabras de Junayd: “el color del agua es el color de su recipiente”, admitiría la validez de todas las creencias, y conocería a Dios en toda forma y en todo objeto de fe. No tiene el conocimiento de Dios y se funda únicamente sobre la opinión de la que habla la palabra divina: “me adapto a la opinión que mi servidor se hace de mí”, que quiere decir “no me manifiesto a mi adorador más que en la forma de su creencia; que generalice si quiere o que determine”. La divinidad conforme a la creencia es la que puede ser definida, y es el Dios que el corazón puede contener (según la palabra divina “ni mis…
Comentario a los primeros versos del Mathnawi
Los cantos de eternidad. Como la flauta de caña fue separada del cañaveral, así mi ser fue separado del Ser. Cuando la flauta canta, se lamenta de la separación. Así mi corazón añora la unión. La flauta canta porque está vacía. Sólo el corazón vacío presiente el retorno y habla de él. Sólo los vacíos comprenden el lamento. Nada hay más profundo y sereno que esa nostalgia, porque es lejanía y es unión. Quien entiende ese canto se abrasa, porque el sentido es explícito. Sus notas desgarran los velos y son un antídoto contra el error. Sólo los que no están fascinados por el mundo, entienden el canto y las palabras de los vacíos. Pero incluso a los llenos el canto y las palabras vacías les vacían. Al oír esos cantos y palabras hasta las rocas se levantan del suelo. No desesperes y escúchalos con tu corazón en silencio. “Lo…