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Las aporías de la ética
Si para construir la ética partimos de una antropología que dice que los humanos somos animales racionales, nos encontraremos con problemas irresolubles. Es indudable que ya con las sociedades industriales y, sobre todo con la progresiva implantación de las sociedades de conocimiento de innovación y cambio continuo, se ha generado un gran problema axiológico grave. La moral propugnada por las religiones en las sociedades agrario-autoritarias se ha mostrado como no apta para las nuevas circunstancias culturales. Cuando aparecieron las sociedades industriales se encontraron con que la moral religiosa no solventaba los problemas axiológicos que el nuevo modo de vida presentaba. La solución que encontraron fue o eliminar la religión o separar la religión de las normas de la vida colectiva. Se abandonó la moral religiosa y se intentó fundamentar un sistema de comportamientos colectivos que no dependiera de las creencias; se pensó construir una ética de fundamento racional.
NOVEDAD EDITORIAL: Diferencias y contraposiciones entre una espiritualidad de sumisión y una espiritualidad de indagación y creación libre. 15º Encuentro Internacional CETR.
Con este libro terminamos un ciclo de quince ediciones de Encuentros Internacionales (2004-2019) organizado por CETR, que pudo iniciarse gracias a la colaboración de la Fundación Jaume Bofill durante las cinco primeras reuniones y posteriormente pudo continuar gracias a la colaboración desinteresada de mucha gente. En esta última edición nos proponemos investigar con detenimiento la diferencia y contraposición que hay entre una espiritualidad que debe pasar por la sumisión y una espiritualidad, o mejor, una cualidad humana profunda, que debe pasar por la indagación y creación libres. Esperamos que nuestro trabajo pueda resultar de ayuda.
LOS DESAFÍOS DE LA NUEVA SITUACIÓN CULTURAL GENERADA POR LA DINÁMICA DE INNOVACIÓN EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA
La historia ha conducido a la especie humana a tener que enfrentarse a una situación inédita seria: el crecimiento continuamente acelerado de las ciencias y tecnologías en una interacción mutua, cada día que pasa, más profunda y rápida. Esta aceleración de los procesos tecnocientíficos tiene graves consecuencias para todos los niveles de la vida de los colectivos y de los individuos. La llegada e implantación de las sociedades de innovación y cambio continuo, las llamadas sociedades de conocimiento, resulta ser un destino inevitable para todos los colectivos humanos y para todos los países. Es un paso de la humanidad sin posible marcha atrás.
La ética más allá del yo
El gesto de girar la llave para poner en marcha el motor de un automóvil no parece que tenga mucha relevancia ética. […] Sin embargo, el hecho de que ese pequeño gesto lo realicen millones de personas cada minuto, hora a hora, día a día y año a año, en todas partes del planeta, hace que no solo cobre relevancia ética sino que se convierta en uno de los principales problemas éticos a los que se enfrenta la Humanidad.
Gran crisis global después del coronavirus
Hace ya tiempo que las instituciones no están funcionando bien y también hace tiempo que los ciudadanos están disgustados, molestos, deseando que por fin llegue un cambio que arregle las cosas, porque así no podemos seguir. Hace tiempo que se hace patente que la opción por la sociedad de conocimiento, que es inevitable y que ya está funcionando en múltiples aspectos, debe estructurarse más coherentemente sin la contradicción de que todo el poder de las tecnociencias y de las posibilidades que abren, estén en manos de un capitalismo explotador e inmisericorde. Da la impresión de que la gravísima crisis de salud de la pandemia del coronavirus, y de las consecuencias que se van a seguir, sería la ocasión para culminar el tránsito de una sociedad industrial de capitalismo explotador, a una sociedad coherentemente estructurada de conocimiento.