Marià Corbí La música es el arte más sutil porque emplea los sonidos, lo más leve de lo sensitivo, para expresar lo sutil.
La música, durante milenios ha utilizado los sentimientos humanos para cantar a la Dimensión Absoluta (DA). Fue una gran habilidad partir de los sentimientos del yo para referirse a lo que está más allá del yo. Utilizó sentires de Dimensión Relativa (DR) para cantar el misterio de la DA, intensificando la conmoción de las entrañas, para que resuene el sentir hondo.
La música empuja las conmociones del cuerpo para llevarlas a la frontera de lo que no es nombrable. No utiliza palabras para aludir a aquello de lo que no se puede hablar. Las palabras que se emplean en los cantos están al servicio de la música misma. La música canta explícitamente la verdad muda. Habla sin palabras de lo que no cabe en las palabras.
José Angel Valente, No amanece el cantor
No dejéis morir a los viejos profetas pues alzaron su voz contra la usura que ciega nuestros ojos con óxidos oscuros, la voz que viene del desierto, el animal oscuro que sale de las aguas para fundar un reino de inocencia, la ira que despliega el mundo en alas, el pájaro abrasado de los apocalipsis, las antiguas palabras, las ciudades perdidas, el despertar del sol como dádiva cierta en la mano del hombre.
José Angel Valente, No amanece el cantor, Obras completas I, Galaxia Gutenberg
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