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Passos per a una meditació de la dimensió absoluta, el misteri dels mons

Marià Corbí

 

Hay que partir de que las cosas no son cosas, ni los seres son seres.

Son solo signos, señales que apuntan a la dimensión absoluta.

 

Esos signos y señales hablan eficazmente de la dimensión absoluta.

          De sí mismos solo dicen que son perecederos y modelaciones de un viviente.

Cada ser, cada signo, dice algo exclusivo del misterio de los mundos inmensos.

Del misterio de los mundos dicen que está ahí, porque sí, que es absoluto.

 

Dicen que las cosas, los seres y yo mismo somos Eso absoluto y solo Eso.

No hay nada fuera de Él.

Dicen que todos los seres son insignificantes en la inmensidad de los mundos.

Pero que esas insignificancias son solo la presencia del mismísimo absoluto.

Que lo absoluto supremo solo se dice y se presenta en seres insignificantes.

Por esa razón, todos los seres tienen una doble dimensión.

Son, a la vez, una forma insignificante, y el absoluto supremo.

 

Solo se accede al absoluto supremo, en los cantos de esos seres insignificantes.

Todos los signos, todas las señales son un canto y un discurso sobre Él.

Todo dice que le amemos para poder discriminar con claridad sus dos dimensiones.

Hasta comprender y sentir que las cosas no son mi modelación sino su misterio.

 

Que volvamos sobre nosotros mismos para sentir que nosotros mismo somos ese misterio.

Que los humanos no somos la interpretación que hacemos de nosotros mismos.

Dicen que somos mortales, pero también no mortales, absolutos, gratuitos, porque sí, como Él.

 

Dicen, bien alto, que, como ellos, somos el misterio de los mundos inmensos.

Que, si queremos saber de nuestro ser, debemos ejercitarnos en discernir  nuestra doble dimensión, hasta que quede claro a nuestra mente y sentir nuestra doble dimensión y la de todos los seres.

Ejercitarse en discernir la doble dimensión, hasta comprender que todo lo que daamos por realidad es solo una señal, que nos conduce a comprender que solo Eso absoluto es.

 

Solo por el amor e interés por todas las cosas, todos los seres, se puede llegar al misterio de los mundos inmensos. Ellas nos llevan de la mano y nos hablan de la dimensión absoluta, solo ellas, desde lo que nos dicen pueden hacernos conocer nuestra estirpe y la de todos los seres en una unidad completa.

 

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