Lo oscuro luminoso “Eso” es una noticia que me desborda en todo, por ello es lo oscuro, pero la noticia logra que lo oscuro sea luz, tanta luz que es oscuro, luz oscura que me ciega, lo sé y lo verifico con un saber que no sabe, pero que es la certeza que elimina toda duda. ¡Una bendita noticia! Nada engendra más temor que lo oscuro cara a cara. ¡Mira la luz, no le temas!
El Haiku: vía espiritual
El haiku es el arte poético de inmovilizar, a través de la palabra, la sensación de eternidad que en el alma sensible del poeta produce el milagro del instante, captando relaciones, hasta entonces no observadas, que ligan entre sí, en una unidad esencial, los seres y las cosas, desvelando la armonía primordial del mundo.
El haiku tranforma espiritualizando el cuerpo, mediante la restauración de los sentidos a su estado original, el del niño que toca el mundo como una sola cosa con ello. Ya no se trata de contemplar el mundo sino de “estar en el mundo”, convirtiendo la mirada en consciencia. A partir de entonces, ya jamás se volverá a ver el mundo con los mismos ojos sino que ya se ven todos los seres y las cosas como imágenes que reflejan una luz invisible. Se encuentra al mundo tal como es, renunciando al mundo tal como se pensaba que era. Se miran las cosas que llegan a ser y cesan de ser en este mundo efímero, descubriendo vida en ellas, donde antes se veía sólo fugacidad y muerte. Desde entonces, ya asistimos a la inagotable evidencia de lo oculto, cuya presencia se hace más evidente que si se manifestara. Y el poeta lo busca en cada fenómeno natural ya que ha renunciado a la esperanza de encontrar algo que pueda ser considerado el fin de la búsqueda. Ahora, se hace evidente que siempre ha estado presente en el mundo en el orden natural de las cosas, tal como son, pero los hombres no lo ven.
El haiku es la forma poética que antes cesa de decir: el deleite poético acontece tras la superación de la materia lingüística. Ni expresa ni describe sino que es la exposición de la inagotable evidencia que revela lo oculto, oscilando entre los demasiado tangible y lo evanescente. Es la poesía de la insipidez y el desapego. En el sabor de lo insípido se oculta un remanente de sabor, que incita a la profundización ilimitada de la interioridad, ya que la plenitud es interior. El desapego de lo contemplado se complementa con un ahondamiento hacia lo esencial. Yendo de lo manifiesto a lo inmanifestado es como se alcanza el sabor más allá del sabor, en una interiorización sin fin. Esa insipidez siempre está disponible -incluso se revela en los fenómenos más corrientes de la existencia- pues tiene como fundamento la naturalidad.
El haiku expresa la conmoción consciente que el poeta -el haiyin- experimenta al contacto con la existencia, ya que no se trata de contemplar lo sagrado sino de “estar en lo sagrado”. La purificación se obtiene, en este arte, mediante el desapego de sí mismo y el sabor de la insipidez de las cosas del mundo, por lo que, además de un arte literario, es también una vía espiritual. El poeta siempre está atento y, sin esperarlo ni pretenderlo, vislumbra en un instante el alma del instante y la registra, con sencillez y una sinceridad total, antes de que parta de su mente. La inspiración tiene dos etapas: una receptiva, obtenida con una mente transparente, no prevenida y otra expresiva, en que ese vislumbre relampagueante queda atrapado en un poema.
Los siguientes haikus del autor (1) se presentan como muestra:
I
El tiempo que tardan
los copos en tapar
el haz de leña.
(premiado en Concurso Internacional y recogido en Antología)
II
Cae la tarde,
la sombra del olivo
en la escalera.
(Idem).
III
Cae la primera hoja de chopo;
otoño por todas partes.
IV
El cuervo
en el cerezo en flor;
anochecer.
V
Entre las verdes hojas,
cerezas rojas;
cesta de sarga.
VI
El cuervo sobre la rama;
nada hace intuir
su vuelo inminente.
VII
En la noche profunda,
El “¡qui!” lastimero del búho
ahonda el silencio.
VIII
Sobre la loma,
cubierta de olivares,
la luna llena.
IX
La luna,
mi sombra y yo.
X
Flamenco de patas largas;
ocaso en la laguna.
XI
El sopor de la siesta
y el zumbido insistente del moscardón.
XII
Sin pensar,
tiro una piedra.
XIII
Entre las verdes hojas,
rojas cerezas;
cesta de sarga.
La luna
sobre la cascada.
(1) José Lara Ruíz, poeta que ha merecido diversos galardones. Jaiyin enseña gratis a escribir haikus. Grupos de 10 personas. Compenetración. jlara5@gmx.es
profundizar en el arte y la sabiduría de los haiku. Un primer paso sería entrar en contacto con aquellas personas que pudieran estar interesadas en ello. El autor vive en Barcelona, y su correo de contacto es: jlara5@gmx.es