Skip to content

Egocentración y egoísmo

La autorreferencia es la condición de todos los vivientes. La egocentración es la modelación de su entorno y de sí mismo que tienen que hacer todo viviente. Tienen que configurar el mundo que le rodea a la medida de sus necesidades. La egocentración es la estructura inevitable de todo viviente.

La egocentración es una noción muy diferente del egoísmo.

El egoísmo es la egocentración convertida en depredación inconsiderada. El egoísmo no respeta a nada ni a nadie. Hay grados y grados de egoísmo.

El egoísmo es un atributo netamente humano que surge del deseo insaciable.
Puede ser un egoísmo circunstancial o un egoísmo estructural; un egoísmo que surge en un determinado contexto o un egoísmo que ya se ha hecho estructural. Una circunstancia hace que se despierte el egoísmo o se vaya construyendo, poco a poco, una persona egoísta.

El egoísmo es un gran error humano, porque:

Rompe la simbiosis o la imposibilita.
Se crea enemigos.
Quiebra la armonía entre personas.
Impide la colaboración.
Es enemigo de la interdependencia de las personas.
Afianza la epistemología mítica[1].
Bloquea el acceso a la dimensión absoluta de la realidad[2]. La persona egoísta se tiene a sí misma como máximamente real, esta actitud bloquea el reconocimiento de que su verdadera realidad es la dimensión absoluta de la realidad.

El egoísmo puede actuar conscientemente, pero también puede hacerlo inconsciente, pero, por ello, no deja de ser menos dañino.

Aunque actúe inconsciente, afianza la epistemología mítica y bloquea la dimensión absoluta de la realidad.
El egoísmo es enemigo del amor.
Aleja de la paz y de la felicidad.
Es enemigo de la cooperación y de la interdependencia de las personas.
Es enemigo de la concordia y de la paz.
Es una calamidad para la estructura familiar y para las estructuras sociales.
En definitiva, es el gran error humano.
Es un error, que es una enfermedad, que desfigura la función imprescindible de la egocentración animal.
El egoísmo convierte en ambiguas muchas actuaciones humanas, por no decir todas.
Las estructuras culturales y sociales fundamentadas en el individuo fomentan el egoísmo. Las estructuras culturales y sociales fundamentadas en la colaboración y el equipo tienden a mitigar o impedir el egoísmo más extremo.

La medicina para ese error es el interés y el amor por otros que no sean él mismo.

El egoísmo es un gran error, porque es una gran ignorancia. ¿Ignorancia de qué?

De lo que constituye la naturaleza simbiótica humana.
De lo que es el interés por otros que no sean él mismo.
De lo que es el amor.
De lo que es la colaboración.
De lo que es el camino a la dimensión absoluta.
De lo que es la plenitud humana.

Cada especie animal modela su mundo a la medida de sus necesidades y sus capacidades de actuación. Nosotros estamos sometidos a esa mima ley, teniendo en cuenta que, por nuestra condición lingüística, podemos modificar nuestra forma de sobrevivencia. Somos animales culturales.

Todos los vivientes necesitan inevitablemente dar por real su individualidad y el mundo modelado por ellas. Sin dar los dos extremos como reales, no es posible la sobrevivencia. Nuestros primeros estadios culturales tuvieron que asegurar su sobrevivencia cumpliendo la legalidad de los vivientes, que requería que se dieran por reales tanto la individualidad personal como la de grupo, sea la familia, la familia amplia, la tribu, etc. como las realidades modeladas del mundo que les rodea.

La epistemología mítica de nuestros primeros estadios culturales fue una necesidad impuesta por nuestra condición animal.

Ya comentamos que dar como fundamento de la concepción de la individualidad de la persona como de las individualidades sociales, suponía dar como fundamento de todas las personas y de todas las organizaciones sociales la egocentración entendida como egoísmo. Los individuos y los grupos se interpretan a sí mismos como depredadores del medio, y a ser posible de los otros grupos.

Desde el inicio de nuestra especie, hasta bien entrado el siglo XXI hemos organizado la interpretación y la actuación de las personas, los grupos y las naciones desde las perspectivas del egoísmo y la depredación desconsiderada de todo. Hemos organizado la cultura, la religión y las organizaciones colectivas de todo tipo, desde el egoísmo individual y de grupo.

El crecimiento exponencial de las ciencias y tecnologías, y de los productos y servicios, que de ellas se derivan, nos ha hecho evidente que no podemos continuar nuestro desarrollo humano desde esa perspectiva egoísta con respecto al medio y a los otros grupos humanos, sean del tamaño que sean. Si continuamos así, estamos destruyendo la habitabilidad del planeta, estamos originando la mayor de las extinciones de especies vivientes dela historia de la vida, y estamos amenazando nuestra propia sobrevivencia.

Las sociedades de conocimiento[3] nos están haciendo caer en la cuenta de que no podemos continuar fundamentando nuestras organizaciones, ni nuestra cultura o nuestra espiritualidad sobre el individuo, porque es fundamentar todo eso sobre el egoísmo, es preciso fundamentarlo sobre los equipos de colaboración y los equipos de interdependencia.

Hemos de edificarlo todo desde la colaboración en equipos de interdependencia. La interdependencia tiene que invadir todas las relaciones entre los humanos, entre los géneros, con las restante especies y con el medio. Solo esa actitud será capaz de gestionar nuestro crecimiento científico-técnico y sus consecuencias, al bien de todos los habitantes de este planeta y del planeta mismo.

Si hasta hoy hemos construido toda nuestra historia, sobre los individuos y sus egoísmos individuales y colectivos, proponernos edificarlo todo sobre los equipos en colaboración de interdependencia, que imprescindiblemente tiene que llevar al silenciamiento del egoísmo, ¿no será esa pretensión un ensueño, una fantasía irrealizable? ¿Tendremos que conformarnos con continuar usando todo el poder de nuestras tecnociencias y sus consecuencias para la explotación del medio, de la vida y de los otros grupos humanos?

Las sociedades de conocimiento nos fuerzan a advertir que tenemos un doble acceso a la realidad, uno en función nuestra y otro gratuito, porque está ahí, porque sí, no relativo a nuestras necesidades de animales.

Es ciento que toda nuestra historia hemos organizado nuestra vida, nuestra cultura e incluso nuestra religión desde la dimensión relativa[4] a nosotros de todo lo que nos rodea y de nosotros mismos. Pero tenemos dos dimensiones ¿por qué no aprendemos a interpretarlo y vivirlo todo desde nuestra noticia de la dimensión absoluta de toda la realidad?

La dimensión absoluta de la realidad no tiene forma, pero podemos orientar toda la creación de nuestras formas de vida a provocar y fomentar la noticia y el cultivo de la dimensión absoluta de la realidad individual y colectivamente, de manera que se crezca en la cualidad humana [5] y en la cualidad humana profunda[6], y ese sea el fundamento de nuestra cultura, nuestras organizaciones, nuestra economía, etc.

¿Es, acaso, nuestro acceso a la dimensión relativa de la realidad más consistente que nuestro acceso a la dimensión absoluta de la realidad?
La dimensión relativa de la realidad y la dimensión absoluta de la realidad son nuestros accesos a la realidad. Nos hemos apoyado en la dimensión relativa por nuestra condición animal y sus exigencias, y nos está llevando a unos pésimos resultados. Esa vía se está refutando a sí misma. Habrá que probar la vía alternativa, la que propone apoyarse en la cualidad humana y la cualidad humana profunda, en la dimensión absoluta de la realidad.

La dimensión absoluta de la realidad es el segundo de nuestro acceso a lo real, que, además es la fuente y la realidad de dimensión relativa. Por consiguiente, no le falta consistencia para ser el soporte de todas nuestras construcciones.

La sociedad de conocimiento nos está llevando a la mayor transformación cultural y espiritual de la historia humana y nos está empujando a cambiar todo el fundamento de nuestra cultura, de edificarla sobre las individualidades y sus egoísmos, a edificarla sobre la cualidad humana , la cualidad humana profunda y la dimensión absoluta de la realidad, en equipos de colaboración e interdependencia entre los humanos y con la totalidad del medio.

………………………………………………..

[1] Epistemologia Mítica. Una interpretació del coneixement humà pròpia de les societats estàtiques que havien de fer sempre fonamentalment el mateix i que sosté que el que diuen les paraules, els mites i les teories és com la realitat és en ella mateixa. Aquesta epistemologia ha durat tot el temps de les societats preindustrials, les industrials i encara avui en dia està vigent en molts ambients fins i tot en els acadèmics.

[2] Dimensió absoluta (DA): Una de les dues dimensions amb les que l’humà accedeix a la realitat com fruit de la parla. Aquesta dimensió és gratuïta, alliberada de qualsevol concepció o necessitat humana. Denominada absoluta en el sentit de “solta de” tota modelació realitzada des de la necessitat.

[3] Societat de Coneixement. Són societats que viuen de la creació continua de ciència i tecnologia en retroalimentació mútua i de la creació contínua i accelerada de nous productes i serveis. Són societats de innovació i canvi a ritme progressivament accelerat, degut a què la creació continua de nous sabers científics arrossega a la creació de noves tecnologies que repercuteixen en un major creixement de les ciències i aquest procés porta a una creació contínua i accelerada de nous productes i serveis.

[4] Dimensión relativa (DR): Acrònim referent a Dimensió Relativa. Una de les dues dimensions amb les que l’humà accedeix a la realitat. Aquesta dimensió apareix en tant es donin les necessitats humanes, i en funció de la forma de supervivència individual i col·lectiva.

[5] Qualitat humana (QH): Acrònim referent a Qualitat Humana. És el cultiu del doble accés a la realitat DR y DA, generat per la nostra estructura lingüística: la dimensió relativa a les nostres necessitats (DR) i la dimensió no relativa o absoluta (DA). El doble accés a la realitat mantenint els condicionaments del interessos de l’ego, és el que ens diferencia de la resta dels animals, és la qualitat específicament humana. En les SC el seu cultiu no pot ser opcional, sinó necessari.

[6] Qualitat humana profunda (QHP): Acrònim referent a Qualitat Humana Profunda. Vindria a ser el mateix que la QH, però amb la diferència que en la QHP el cultiu de la DA és sense condicions. Per arribar a la QHP és necessari cultivar la DA gratuïtament, és a dir de forma desinteressada, no condicionada pels interessos de l’ego. No serà majoritària però sí és fonamental i imprescindible en la Societat de Coneixement.

Back To Top